domingo, 2 de agosto de 2015

28/07/2015

Creo que te estoy perdiendo.
Empiezo a olvidar.
Ahora lo veo todo
como algo definitivo.
Te fuiste y eso es un hecho.
Pero aunque siempre supe 
que no volverías
albergaba la esperanza 
de mantenerte vivo en mis recuerdos.
No pude decir adiós.
Y eso me hirió de forma devastadora.
¿Que cómo estoy?
Me encuentro tirada en el suelo del salón.
Ordenando todas las fotos.
Intentando de forma insistente 
poder recuperar nuestras vidas
recuperarte a ti.
Y aunque lloro 
no es por pena
si no por rabia.
Por haberte perdido
Cuando éramos tan felices.
No lo soporto más.
Procuro recordar
tus gestos
tus emociones.
Pero me mata.
Me destruye lentamente.
Paso el tiempo
sumergida entre las sábanas
donde tantas veces compartimos alegrías.
Esta vez para liberarme
Liberarme de todo el odio 
que guardo en mi interior.
 Paso las noche en vela
gritando de dolor.
Ahogando el llanto entre berridos
que desgarran mi alma
al saber que no estás 
en el otro lado de la cama.
He intentado dejar de respirar
envolviéndome en la almohada
para poder así reunirme contigo de nuevo.
Pero no soy capaz.
No soy lo bastante fuerte para hacerlo.
No sé si por mi
o por lo que se que dirías
si pudieses evitarlo.
Antes te seguía sintiendo a mi lado
como si nunca te hubieses ido
como si me protegieras.
Pero ese sentimiento se hace cada vez mas débil
¿Debo decirte adiós?

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